
Así es como funcionan los tres, Mitchel y yo fuimos una especia de mejores amigos instantáneos. Ambos éramos locos, tontos, divertidos, hiperactivos, bromistas, sin filtros reales sobre lo que decíamos y hacíamos. Incluso tuvimos un pequeño romance adolescente. Fue muy dulce. Por su parte, Emily es más reservada. También es hermosa y atlética. Había competencia entre nosotras. Las chicas se enfrentan a eso, y nosotras no éramos la excepción. Yo me esforcé mucho para corregirlo. Quiero decir, quería hacerlo pero no tenía idea de cómo abordar el asunto para arreglarlo. Nunca me relacioné tan bien con las chicas como me relaciono con los chicos. ¿No había soportado a la Operación Haz Miserable a Miley, la cual era la campaña exclusiva de chicas, durante un año? Emily y yo intentamos ser amigas, pero la verdad lo intentamos, pero siempre terminábamos peleadas. Es que somos muy distintas. Ella es de Los Ángeles; yo soy del Sur. Ella es testadura. Yo no soy testadura... pero no soy testadura en ser testadura acerca de no ser testadura. Ella es súper inteligente. Yo me sentía tonta. En cierta ocasión, en nuestra clase en el estudio, nos enfrascamos en una enorme discusión a gritos después de que el maestro se marchó. Fue terrible, y estábamos tan enfadadas que cada una partió a su casa y contó lo sucedido a sus padres. Ambas familias se reunieron e intentaron resolverlo. Después de aquellas conversaciones de paz intentamos acercarnos una a la otra durante un par de semanas, pero no duró mucho. Muy pronto volvimos a lanzarnos hacia nuestras mutuas gargantas. Por lo regular, en el estudio todo el mundo es amable si alguien se equivoca en su diálogo. Nosotras no. Nosotras decíamos 'Oh Dios' y girábamos los ojos con exasperación cuando la otra se equivocaba. Tan pronto como terminaba la toma, yo decía '¿Ya acabamos con esta escena?' o ella decía '¿Ya podemos irnos?'. No había calidez; no había química. Actuábamos como mejores amigas y ninguna de las dos quería estar allí. Por fin, los productores dijeron 'Ustedes dos tienen que hacer las pases' Creo que a veces la gente olvida nuestra edad y se pregunta por qué actuamos como lo hacemos. La estrechez de mente. El drama. La depresión del acné (volveré pronto a ese tema) ¡Somos adolescentes! Nuestro trabajo es pelear. Ésa debe ser una desventaja al producir un programa de televisión acerca de adolescentes: tienes que trabajar con adolescentes. La ventaja hmm. Tal vez no exista una ventaja.
Yo en verdad quería ser mejor amiga de Emily. Mi papá interpretaba a mi papá. Jason Earles, quien representa a Jackson, era como un hermano mayor para mí. El programa me parecía real, y quería que la relación con Lilly se sintiera real. Sabía que no tenía que hacerlo, el espectáculo es el espectáculo pero me sentía desepcionada. Hubo momentos en los que pensé que nunca podríamos ser amigas. Simplemente no sabíamos como llevarnos bien. El tiempo pasó y nosotros tres, Mitchel, Emily y yo estábamos juntos. Así que nos unimos. Con el tiempo encontramos maneras para crear lazos genuinos entre nosotros. Había una estrecha pasarela sobre el estudio, la llamamos la sala C.A.D.* C.A.D: broma privada. ¡Estaba a varios pisos de altura! Tenías que sostenerte de una barra o te lanzarías a una muerte segura. Los productores hubieran estado felices de deshacerse de nosotros. No les importaba a donde íbamos: 'No vemos nada. No sabemos nada. No es nuestro problema.', era su actitud.
Yo en verdad quería ser mejor amiga de Emily. Mi papá interpretaba a mi papá. Jason Earles, quien representa a Jackson, era como un hermano mayor para mí. El programa me parecía real, y quería que la relación con Lilly se sintiera real. Sabía que no tenía que hacerlo, el espectáculo es el espectáculo pero me sentía desepcionada. Hubo momentos en los que pensé que nunca podríamos ser amigas. Simplemente no sabíamos como llevarnos bien. El tiempo pasó y nosotros tres, Mitchel, Emily y yo estábamos juntos. Así que nos unimos. Con el tiempo encontramos maneras para crear lazos genuinos entre nosotros. Había una estrecha pasarela sobre el estudio, la llamamos la sala C.A.D.* C.A.D: broma privada. ¡Estaba a varios pisos de altura! Tenías que sostenerte de una barra o te lanzarías a una muerte segura. Los productores hubieran estado felices de deshacerse de nosotros. No les importaba a donde íbamos: 'No vemos nada. No sabemos nada. No es nuestro problema.', era su actitud.









Emily y yo llevamos vestidos negros. Estábamos muy emocionadas por ver la version final del programa piloto, la versión que millones de espectadores verían por Disney Channel. Eso esperábamos. El programa fue mucho mejor de lo que yo esperaba que fuera. Dices un diálogo seis veces, sesenta veces, y terminas por no tener idea de cuál elegirían en la sala de edición, cómo sonará y como te verás al decirlo. Cantas una canción en el estudio y sólo puedes imaginar cuál será el resultado con la producción de sonido y la sincronización con el movimiento de tus labios. Pero ahí estábamos, en la pantalla. Yo, papá y todos mis nuevos amigos. Tengo que decir que en ese momento pensé que éramos fabulosos. Sin importar lo que sucediera, ese momento era mío y nunca lo olvidaría. Al día siguiente fui a un parque de diversiones con mi tía. Ni siquiera pensábamos en el programa. No teníamos idea de los índices de audiencia. No se nos ocurrió que la gente había visto mi cara en la televisión la noche anterior. Caminábamos hacía la montaña rusa cuando unas chicas de dieciséis años de edad corrieron hacía mí para pedirme un autógrafo. ¡Yo ejecute un salto mortal hacía atrás de puro gusto en mi interior! ¡Claro!, les dije, con entusiasmo que estoy segura que asusté a mis primeras admiradoras (que eran más altas que yo). En ese momento me di cuenta de que Hannah Montana no era sólo un nuevo empleo que yo adoraba. Había gente allá fuera que nos veía, gente real que me reconocía en la calle. Ya no era sólo Miley Cyrus. Llevaba a Miley Stewart y a Hannah Montana conmigo. Era extraño, era genial. Yo tenía doce años de edad. ¿Alguna vez han practicado su firma en cuadernos de la escuela o mientras hablan por teléfono? Yo sí. Una página tras otra donde se supone que debía tomar notas, están todas cubiertas con mi nombre, acompañado por todo tipo de garabatos y floreos. Sabía como firmar con mi nombre pero ¿que otra cosa quería decirle a esas chicas, mis primeras admiradoras? Pensé en lo que me hubiera gustado escuchar cuando sólo era una de las cincuenta aspirantes a Hannah Montana que aguardaban con nerviosismo en aquella sala de espera. Pensé en lo que me hubiera gustado escuchar cuando me encontré sola en el baño de la escuela y me sentía tan desesperada. Pensé en lo que a mi pez le hubiera gustado escuchar cuando su mejor amigo mordió el polvo . Ahora sabía con exactitud lo que quería escribir. Me tomé mucho tiempo con esas primeras seis firmas y me aseguré de hacerlas a la perfección



